La Federación Internacional de Diabetes informó que 463 millones de personas en el mundo vive con diabetes.1 Esto representa un 9,3% de los adultos de 20 a 79 años, porcentaje que aumenta cada año.
La diabetes tiene un impacto negativo en la calidad de vida del paciente, sobre todo, cuando se manifiesta una lesión o úlcera de pie diabético (UPD). Las complicaciones asociadas con este tipo de heridas aumentan el riesgo de amputación entre 10 y 20 veces en comparación con un adulto no diabétio,2 y son la principal causa de amputaciones no traumáticas de extremidades inferiores. El tratamiento de las UPD mediante una valoración y curación adecuada puede prevenir gran porcentaje de las amputaciones en estos pacientes.3 Por eso, es importante encontrar estrategias innovadoras de curación de pie diabético para favorecer el cierre del lecho de la herida.
Este caso de estudio describe el uso de una capa de contacto de colágeno especializada (ColActive Transfer, Covalon Technilogies Ltd., Ontario, Canadá) en combinación con terapia de presión negativa (TPN) (XRL8, Genadyne Biotechnologies Inc., Nueva York, EEUU) en un paciente con UPD de difícil cicatrización.
Presentación del caso
Un hombre de 64 años, con antecedentes de diabetes y amputación previa de un ortejo del pie, acudió al Servicio de Emergencias del Hospital Clínico de la Universidad de Chile en Santiago, Chile, con una UPD infectada en agosto de 2019. Presentó hemoglobina glicosilada (9,5mg/dl), glicemia (264mg/dl) y leucocitosis (17.970/ul).
La herida fue tratada por infección con metronidazol y clindamicina, y desbridada quirúrgicamente en tres oportunidades. Como consecuencia, se generó un extenso daño en los tejidos blandos de la región plantar del paciente, quien fue derivado a evaluación por cirugía plástica y cirugía vascular con una herida de 10cm x 10cm x 4cm (400cm2). En la evaluación, se presentó la necesidad de resolución quirúrgica; las opciones eran realizar un colgajo libre o una amputación transtibial.
El paciente rechazó la indicación por los costos económicos asociados con la intervención quirúrgica, y fue remitido a la Unidad de Curaciones Avanzadas del Hospital Clínico de la Universidad de Chile. Allí, luego de una evaluación de la extensión y las condiciones del lecho de la herida (alto porcentaje de tejido de granulación, abundante exudado seroso, piel perilesional sana, y edema de la extremidad), se inició el tratamiento con la capa de contacto de colágeno compatible con la TPN para gestionar la cantidad de exudado, disminuir la etapa inflamatoria y promover el crecimiento del colágeno nativo de la herida. Esta opción terapéutica buscó disminuir el tiempo de cicatrización y evitar una posible reinfección de la herida que pudiera derivar, a su vez, en amputación.
El tratamiento comenzó el 6 de septiembre de 2019, con una limpieza por arrastre con suero fisiológico 0,9% para, luego, aplicar una solución limpiadora por 15 minutos. Transcurrido ese tiempo, se hidrató la matriz de colágeno con agua bidestilada y se aplicó sobre el lecho de la herida (Figura 1, a). Sobre esto, se instaló el equipo de TPN.
Se realizaron cambios de kit de TPN (espumas y sonda de aspiración) cada siete días, manteniendo el colágeno que no se degradó sobre el lecho de la herida, y limpiando con suero fisiológico alrededor de este para, luego, colocar una nueva matriz y reinstalar el equipo de TPN (Figura 1, b).
Durante las primeras 10 semanas de curación, la herida disminuyó su tamaño a 7cm x 8cm x 3cm, es decir, un 58%. Además, se logró un aumento del tejido de granulación y una reducción del exudado (Figura 1, c). Dada la respuesta positiva, se continuó con el uso de soluciones de limpieza antimicrobianas y apósitos de espuma para favorecer la epitelización (Figura 1, d), que fue alcanzada entre las 12 y 14 semanas posteriores (Figura 1, e).
La combinación de colágeno y TPN fue efectiva como alternativa a la resolución quirúrgica, y evitó amputación y regresión del estado de la herida. El paciente mantuvo su independencia y evitó un deterioro mayor de su calidad de vida.
Se necesitan estudios más completos para comparar este enfoque combinado con otros regímenes de tratamiento.